miércoles, 24 de abril de 2013

Los Últimos Días


Segundo largo que nos ofrecen los hermanos Pastor, tras la decente e interesante "Infectados (2011)". Esta vez en lengua castellana y rodada íntegramente en Barcelona, la post-apocalíptica nueva era se cierne sobre los cines.

Una extraña infección-alergia-derivado a los espacios abiertos hace que todos los habitantes de la tierra queden encerrados en el interior de los edificios. Sin posibilidad alguna de salir a la superficie, la civilización se ve obligada a subsistir con la particularidad anteriormente referida. El alimento escasea, el agua es un buen muy preciado y la desconfianza desune a todo ser vivo.

Bajo esta premisa, los jóvenes autores catalanes profanan con destreza el subconsciente humano. El alter ego de la supervivencia queda anegado en las profundidades de los lugares donde, por fuerza mayor, son encerrados. La calidad técnica del film es exquisita, así como la ambientación y el conseguido maquillaje. Mención especial para esta última categoría.

La cuidad sumida en el más profundo desgobierno

Descontrol. El auto-gobierno al que la población se ve sumida es de una exigencia máxima. La desazón de los protagonistas se mezcla con imágenes pasadas de más cálida y enternecedora factura (a modo de flashbacks), donde todo parecía ir bien. Nada era así, pues mirad cómo van nuestras vidas en este instante... pero siempre una vida pasada fue mejor, desde luego. Quién puede imaginarse viviendo en las alcantarillas por no poder respirar el aire del exterior.

Con todo el viento en contra, las carencias humanas salen a la luz (interesante metáfora). En la confrontación con la madre tierra, el humano siempre sale perjudicado y especialmente dañado. Por ello, la vida empieza  a costar muy poco. En este vaivén de calamidades, los clanes se ubican en los mejores puntos, y las oportunidades de supervivencia decrecen ante la anarquía. Ahí es donde entran los absolutos y maravillosos protagonistas de la historia.

En un cúmulo de circunstancias -que no revelaré, por supuesto- Quim Guitierrez y José Coronado tiene que unir sus caminos e intentar deambular por el interior de la tierra hasta llegar a sus diferentes objetivos. Durante el proceso, ambos, totalmente diferentes por estatus y humanidad, se verán arrastrados a las tinieblas más angostas del mundo que conocíamos. Su tremenda implicación en la historia hace que el peso del film quede anclado en sus miradas. Tremendos papeles de ambos, que sugieren más que muestran. Muy eficaces.

Grandísimas actuaciones de los dos protagonistas

Bajo el avance de la inseguridad y el desgobierno que comentábamos antes, la dupla protagonista va avanzando no sin dificultades al lugar designado por cada objetivo. Sin interrupciones en cuanto a guión, que es bastante fluido, las penurias de el dueto se encargan de mantener la tensión necesaria para que la película aguante los últimos minutos con varias preguntas sin respuesta. 

En resumen, la gran calidad técnica de la obra más la soberbia actuación de Coronado y Gutierrez -amén de los excelentes secundarios como Leticia Dolera o la siempre eficiente, Marta Etura- hacen que los cien minutos se queden cortos. Verdaderamente, estamos de enhorabuena con la última hornada de jóvenes directores de género, que con buenas ideas y cada día mejores producciones, se perfilan como antecesores de un movimiento que confiamos percuta hasta el prestigio internacional tan anhelado. Empecemos por el nacional, donde las piedras vuelan de tejado en tejado sin proporcionar autocrítica alguna.